Esta ruta está especialmente pensada para cruceristas que pasan pocas horas en la isla.
Mykonos es, junto con Santorini, la isla más solicitada por el turismo de las más de 200 que componen las Cícladas, y uno de los puertos obligados para los cruceros. En nuestro viaje en MSC Sinfonía visitamos la isla por la noche, llegando al atardecer y zarpando bien entrada la madrugada.
Aunque las 5 horas aproximadamente que tuvimos para la visita son realmente escasas, sí que da tiempo a palpar la isla y hacer una idea de su belleza. Se puede recorrer a pie sin ningún problema, sin necesidad de contratar excursiones, aunque siempre es una alternativa, sobre todo si la visitas de día y quieres acercarte a otras playas.
Los cruceros atracan en el puerto nuevo. Nada más bajarnos tuvimos la suerte de ver la puesta de sol.
El propio crucero fleta barcos (al igual que en Santorini) que llevan a Old Port, el centro de la zona turística de la isla. También hay posibilidad de hacer el trayecto en bus o taxi, pero debido a la hora de la vuelta (hasta las 3h), optamos por hacerlo con la naviera. Fue todo un acierto, porque si bien el precio es algo más elevado, llegar a Old Port y verlo desde el mar es una maravilla. La ciudad está a unos 3 kms, pero no es recomendable hacerlo andando pues es camino es una carretera estrecha sin arcén. También hay autobuses.
Una vez en tierra, los puntos más interesantes de la isla que pudimos ver son:
- Alefkandra: formado paredes blancas, puertas azules, balcones llenos de flores y techos planos, este barrio es un ejemplo perfecto de la arquitectura habitual de las islas griegas, con casas construidas sin un orden concreto que conviertes la ciudad en una encrucijada de calles estrechas.
- Panagia Paraportiani: una de las iglesias más visitadas, del s. XV y compuesta por 4 pequeñas iglesias de color blanco: Agios Sosontas, Agii Anargyri, Agia Anastasia y Agios Efstathios.
- Little Venice: Junto al puerto, en el barrio de Alefkandra, encontramos esta zona de casas construidas al borde del mar. Podéis aprovechar alguna de las terrazas de la zona para tomar algo y disfrutar de las vistas. En algunas el mar rompe justo a los pies. Y si os es posible, aprovechad para ver la puesta de sol desde aquí.
- Molinos de viento: siguiendo la línea de la costa, al pasar los bares de Little Venice, llegaremos a una de sus playas, y al frente se encuentra uno de los símbolos de la ciudad, sus molinos. Es una de las postales que todos queremos llevarnos de nuestro paso por la isla, y sin duda merece la pena. Son varios los molinos que se pueden visitar, aunque dada la hora de nuestra parada no pudimos hacerlo. Todos están en desuso, manteniéndose como atracción local. Los últimos dejaron de funcionar en la década de los 60 del pasado siglo.
Al tratarse de una visita nocturna, son muchos los reclamos turísticos que encontramos cerrados. Ocupamos el resto de nuestra visita en perdernos por su red de callecitas y sentarnos junto al mar en el puerto.
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