Budapest en 3 días

Budapest es la capital y ciudad más poblada de Hungría. Se convirtió en una única ciudad cuando ocupó las dos orillas del río Danubio, unificando las ciudades de Buda y Óbuda, en la orilla oeste, con Pest, en la orilla este, el 17 de noviembre de 1873. Es considerada como una de las ciudades más bellas de Europa y cuenta con varios sitios que son Patrimonio de la Humanidad.

Nosotros la disfrutamos durante 3 días y nos enamoró! Como siempre decimos, cuanto más tiempo tengas, mejor. Pero es cierto que 3 días si se aprovechan a tope, es suficiente para descubrir la ciudad, visitar todo lo imprescindible y pasear por sus calles.

Día 1. 

Llegamos a Budapest a las 14.35h. Para llegar hasta el centro de la ciudad, la forma más económica es el bus 100E (+info). La última parada la hace en Deák Ferenc tér M, en apenas 30 minutos. Como nos alojamos en el barrio judío, nuestro apartamento apenas estaba a 10 minutos a pie.

Una vez ubicados empezamos nuestra ruta dirigiéndonos hasta Buda. Para ello cruzamos por el espectacular Puente de las Cadenas. Al cruzarlo a pie se tiene realmente consciencia de la magnitud del Danubio. Desde allí subimos al Castillo de Buda, que actualmente es el Palacio Real, aunque no pudimos acceder ya que se estaba celebrando el Festival del Vino, y no nos atrajo la idea. Así que dejamos su visita para el siguiente día y nos fuimos hacia uno de los puntos más esperados, el Bastión de los Pescadores.

Es una fortaleza homenaje a las 7 tribus magiares que se asentaron por primera vez en territorio húngaro, fundando el país. En la misma plaza está también la Iglesia de Matías y la estatua de San Esteban, el primer rey de los húngaros y una figura muy importante para ellos. Desde el Bastión se obtiene una de las mejores y más conocidas vistas de la ciudad y especialmente del Parlamento, y conforme se va haciendo de noche y se ilumina se va haciendo aún más imponente.

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Vista del Parlamento desde el Bastión de los Pescadores

Ya entrada la noche volvimos a cruzar el Puente de las Cadenas y nos acercamos a la Plaza de Erzsébet, una de las más animadas de la ciudad. Allí está el Budapest Eye, la fuente Danubius, el árbol Memorial a Michael Jackson y el lugar donde ponen candados los enamorados. Para acabar el día pasamos junto a la Sinagoga Judía (Sinagoga Dohány), la 2ª más grande del mundo.

A poca distancia está otra de las zonas más animadas, sobre todo de gente joven y estudiantes, la zonas de los ruin bar, aunque nos quedamos en Karavan Street Food, en el que se pueden encontrar bastantes puestos de comida de diferentes países y a muy buen precio, lo que sirvió como fin del primer día.

Día 2.

Nuestro segundo día comenzó por la Basílica de San Esteban. La entrada es gratuíta, aunque piden una donación de 200UHF. Se puede subir a la cúpula de 96 metros (1000HUF), desde donde se tienen unas buenas vistas 360º de la ciudad. Seguimos por la Plaza Vörösmarty Tér, otra de las concurridas por sus tiendas (aunque estaba de obras). Muy cerca, bajando hasta las vías del tranvía junto al río está la Little Princess Statue.

06 Budapest 03Seguimos por Széchenyi tér, una plaza justo delante del Puente de las Cadenas donde destaca el hotel Four Seasons, que ocupa el Palacio Gresham. Y caminando por la ribera del río llegamos hasta el Monumento de los Zapatos, un homenaje a los judíos asesinados durante la ocupación nazi. Leer su historia en ese lugar hace que sea bastante sobrecogedor.

Nuestra siguiente parada fue la visita al Parlamento de Budapest. Es el tercer parlamento más grande del mundo tras el de Rumanía y Argentina, y su espectacularidad es tanto en el propio edificio como en su decoración interior. Lo más aconsejable es sacar las entradas con antelación ya que hay muchos visitantes, y aunque también se venden allí, puede ser que no haya.

Para comer nos acercamos hasta el Mercado Central de Budapest. Es uno de los lugares más típicos de la ciudad, y hay mucha gente siempre. La planta baja es un mercado donde los locales acuden a sus compras, y en la de arriba hay muchos puestos básicamente de souvenir y los de comida. Aquí es bastante barato comer, y es de estilo street food, compras en los puestos y hay que compartir mesa; hay bastante variedad de comida típica húngara (gulash, lángos…).

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Monumento de la Liberación

Tras recorrer el Mercado y bajar la comida (cierra a las 17h) cruzamos el Danubio, esta vez por el Puente de la Libertad. Al otro lado se encuentra uno de los balnearios más importantes de la ciudad, el Balneario Gellert (aunque en nuestra viaje no fue el elegido). Pasamos por la Iglesia Rupestre y comenzamos a subir a la Ciudadela de Budapest. La subida tiene cierta dureza, pero no es algo que deba impedirte llegar arriba y disfrutar de las vistas. Además, tiene varios miradores durante el ascenso, lo que la hacen aún más amena. Arriba está la Estatua de la Libertad (o Monumento de la Liberación). Dentro de la parte amurallada hay un bunker de la 2ª guerra mundial, es lo más llamativo (nosotros decidimos no entrar).

Tras un descanso, comenzamos el descenso por el otro lado, para ir hasta el Castillo de Buda e intentar ver al menos su exterior y sus terrazas, aunque sinceramente, y tras las vistas desde el Bastión de los Pescadores y la Ciudadela, no nos aportó gran cosa, pero como siempre decimos, al menos hay que ir para verlo, ya que a cada uno le va a gustar algo diferente.

Como fin de este segundo e intenso día reservamos un crucero por el Danubio, otra de las actividades más que recomendables, especialmente hacerlo ya entrada la noche, para ver los edificios más representativos iluminados.  Nos dirigimos hasta el muelle, que en este caso estaba cerca del Puente Margarita, así que disfrutamos de un paseo agradable. De vuelta a casa nos paramos a cenar en el McDonald que se encuentra en la estación de tren de Nyugati. Lo señalamos aquí porque está considerado uno de los más bonitos del mundo, y la razón es su emplazamiento, en un edificio tan señorial que resulta un tanto chocante.

Día 3.

Para nuestro último día en Budapest decidimos programar algo más tranquilo, sobre todo porque estábamos bastante cansados del día anterior que fue de bastante recorrido.
Empezamos el día acercándonos hasta la Isla Margarita. Se accede caminando por el puente Margarita, y la verdad es que merece y mucho la pena su visita. Cuenta con unos jardines donde desconectar de la ajetreada ciudad y respirar calma. A nosotros nos gusta mucho este tipo de parques y siempre los disfrutamos. Se pueden alquilar bicicletas, pero nosotros elegimos pasear. Además de una gran fuente a la entrada, cuenta con jardines, un pequeño zoológico y, muy destacable, un jardín japonés en la parte norte.06 Budapest 05

Tras pasar por la Ópera y ver si había entrada(estaba de reformas, por lo que no había actuaciones y la fachada tapada por lonas), subimos por la Avenida Andrássy, la más importante de la ciudad, y en la que se encuentran los restaurantes de moda y tiendas de las marcas más exclusivas, además de muchas de las embajadas en Budapest. Una avenida interesante para recorrer, que desemboca en la majestuosa Plaza de los Héroes, donde se encuentran estatuas que conmemoran a los líderes de las 7 tribus fundadoras de Hungría. También destaca el edificio del Museo de Bellas Artes.

Justo al lado se encuentra el Parque de la ciudad o Parque Városliget. Dentro del parque, ideal si hace buen tiempo para sentarse a comer, hay varios lugares de interés, como el zoo, un pequeño parque de atracciones, el Castillo Vajdahunyad (según dicen es una copia del castillo en que estuvo encerrado Vlad Tepes, Drácula), hoy en día reconvertido en el Museo de Agricultura. Y justo delante está la Estatua del anónimo; tocar su pluma da inspiración.

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Piscina a 37º, Balneario Széchenyi

Y en uno de los laterales del parque está uno de los lugares que más ganas teníamos de visitar: el Balneario Széchenyi. Es el balneario más famoso de la ciudad, tanto por el edificio como por sus 15 piscinas, especialmente impresionantes sus 3 exteriores con una que está a 37º. Nosotros llegamos a primera hora de la tarde y estuvimos hasta que se hizo de noche, y es que si de día el lugar es increíble, cuando cae la noche y se ilumina es aún más espectacular, un imprescindible de la ciudad.

Hay entradas de vestuario, que es tipo las de un gimnasio, todo el mundo se cambia a la vez (vestuarios de hombres y mujeres, lógicamente) y de cabina, que son un poco más caro y tienes un espacio para cambiarte. Nosotros cogimos el de vestuario. Tanto en éstos como fuera hay taquillas que se abren y cierran con una pulsera que te dan al entrar, con lo que puedes guardar todas tus cosas. Por eso veréis a la gente con los móviles haciendo fotos, porque luego lo puedes guardar en las taquillas de fuera.

La cena la volvimos a hacerla en Karavan, este vez degustando un riquísimo langos, y entramos al Szimpla Kert. Los ruin bar son bares que se encuentran en antiguos edificios y apartamentos que se iban a demoler, y donde se llegó a un acuerdo para que, con alquileres muy asequibles, se pudieran aprovechar. Hoy en día se han convertido en un auténtico reclamo turístico, donde Szimpla Kert destaca por encima de todos, aunque hay más. Fue el primero que se abrió, en 2002, y su fama creció cuando la prestigiosa guía de viajes Lonely Planet lo nombró como el tercer mejor bar del mundo. Es un lugar difícil de definir, como mínimo es curioso entrar y recorrer sus 2 plantas y varias salas (recordemos que es un edificio en ruinas) y contemplar su caótica decoración, que le da ese aire tan particular.

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2 respuestas a «Budapest en 3 días»

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